Mérida, Yucatán | 18 de agosto de 2025.- Aunque para algunas personas es una manifestación compleja de ver, confusa y hasta carente de sentido, para quienes la practican y han encontrado en ella la toma de conciencia del propio cuerpo y la conexión de este con el mundo, es una forma de liberación. La danza Butoh es una practica cuyo surgimiento data de hace ya más de medio siglo, cuando aún se contaban los estragos de la Segunda Guerra Mundial en Japón, en un contexto cultural específico.
El Butoh, como movimiento artístico (por nombrarlo de alguna manera), fue creado a finales de la década de los 50 (1959), por el coreógrafo Tatsumi Hijikata y el bailarín Yoshito Ohno, ambos japoneses, en la búsqueda de una forma de danza que trascendiera las formas tradicionales y explorara las profundidades del ser humano.
En la actualidad, uno de los grandes exponentes de esta manifestación escénica es el performista Taketeru Kudo (Tokio, 1967), quien antes de encontrar en el butoh un lenguaje propio se formó en literatura y teatro, y desde los años noventa ha desarrollado una carrera como solista, trabajando fuera de las estructuras coreográficas tradicionales. En cada creación, Kudo vuelve a la misma apuesta: construir escena desde lo mínimo, sin adornos, sin relato, solo con el cuerpo y su capacidad de sostener presencia.
En entrevista para Kóra 180, Diego Barjau, confundador de Gesta de Sabana, plataforma de gestión de artes escénicas y performatividades con seis años de existencia, compartió su experiencia de introducirse a esta práctica siendo cantante, movido por el deseo de encontrar una expresión auténtica de su voz e incluso de su propio cuerpo. Fue junto a Eugenia Vargas, coreógrafa e investigadora, quien fue su primera maestra, con la que se inició en la práctica japonesa y con quien recientemente, en el marco de los 21 años del Laboratorio de Teatro Danza Ritual, trabajó para hacer posible la gira por el país de Taketeru Kudo, la cual inició hace poco más de un mes en Mérida, Yucatán y continuó en Cancún, Guadalajara y Ciudad de México, con la pieza escénica Candy Explosión, cerrando el la capital yucateca el 18 de agosto con la presentación especial de Sindicato Emocional.
Cabe destacar que Gesta de la Sabana se ha abocado a la difusión de la práctica en cuestión, y como colectivo son quienes la acercaron a Yucatán hacia 2019 con un festival enfocado en el Butoh que contó con diversas presentaciones de la bailarina, coreógrafa y profesora japonesa Yumiko Yoshioka, quien fuese miembro de la primera compañía femenina de ese estilo de expresión escénica, y otra de sus más grandes promotoras hoy día. Muestra que ha materializado ya dos presentaciones oficiales bajo el Título “Danzas misteriosas”, en 2023 en Mérida y Tecoh con la participación especial de Ken Mai, y en 2024 en Campeche y La Habana, Cuba, tejiendo puentes culturales transterritoriales.
En la práctica, el Butoh se caracteriza por su naturaleza experimental y su exploración de temas oscuros y profundos, se distingue por sus movimientos lentos, a menudo grotescos o deformados, y su enfoque en la expresión visceral y la exploración del cuerpo y la psique humana.
Para el investigador y gestor cultural, Diego Barjau, el Butoh como forma de autoconocimiento como creador artístico “es una posibilidad de ir descubriendo esas capas (de su propio ser y quehacer) y encontrar un núcleo de verdad, fuera cual fuera”. De ahí su interés, no solo de adentrarse y desarrollar la plataforma desde la pedagogía de la escena, si no de enriquecerse en el intercambio con maestros del butoh y compartirlo en talleres a la comunidad escénica de la región que estuvieran en una búsqueda similar.
Para conocer más de la plataforma de gestión cultural, de sus espacios de investigación, de formación y de difusión, así como de la Danza Butoh, sigue las cuentas de Instagram @gestadelasabana y @danza_teatro_ritual (Omar García)
Fotos: Gesta de la Sabana / Kudo Taketeru

